La cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo de arrepentimiento, de mortificación y de amor al prójimo para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La cuaresma dura cuarenta días y el color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la misa de la cena del Señor del Jueves Santo, justo antes de nuestra salida procesional. A lo largo de este tiempo hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
La duración de cuarenta días está basada en varios momentos reflejados en la biblia. Los cuarenta días del diluvio, los cuarenta años de la marcha por el desierto del pueblo judío, los cuarenta días de Moisés y Elías en la montaña, de los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto antes de iniciar su vida pública.
En la cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo. Nos propone el ayuno y la abstinencia el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo y la abstinencia todos los viernes del año pero de forma especial en cuaresma.
Sería una buena forma de comenzar la cuaresma participando en la celebración litúrgica del Miércoles de Ceniza, leer y reflexionar el mensaje del Papa Francisco sobre la cuaresma y asistir el próximo sábado 9 de marzo al retiro espiritual de cuaresma para fieles laicos, a las 10 horas, en la iglesia del Sagrado Corazón.