Historia

CONGREGACIÓN DE MENA BREVE SÍNTESIS HISTÓRICA

La Congregación de Mena es el resultado de la fusión, en el verano de 1915, de la Antigua Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, con la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas.

La Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad había sido fundada a mediados del siglo XVI al amparo del entonces Convento de Santo Domingo. La orden dominicana no tardó en ceder los terrenos necesarios para que se levantase capilla y panteón propios (1579). De su solemne y severa procesión el Viernes Santo, a la que asistían el Ayuntamiento, dirá el historiador Medina Conde que era “el simulacro de la mayor veneración del pueblo”. De la pujanza de la hermandad en la época Moderna nos hablan, tanto la pertenencia a la misma de la nobleza local, la creación bajo su tutela de la Hermandad de Arcabuceros, así como la obtención, a partir de 1756, de la “Misa de Privilegio” a celebrar cada Sábado Santo por la demostrada intercesión de su Sagrada Titular en el salvamento de la tripulación de una fragata de la Armada Española. Durante todo el siglo XIX quedan demostrados, tanto la pujanza y continuidad en los cultos y procesiones, como la incorporación a la nómina de hermanos de la alta burguesía local.

Mucho más reciente y humilde en sus orígenes sería la Hermandad del Stmo. Cristo de la Buena Muerte, creada en 1862. Hito decisivo sería el descubrimiento primero, y la permuta después de su originario crucificado titular por el incomparable Cristo atribuido a Pedro de Mena, procesionándose por primera vez en 1883. Sin embargo, este empuje cofradiero resultó flor de un día. Quedó, no obstante, un legado y un enigma histórico-lingüístico, acuñándose el término “menoso”.

El 16 de junio de 1915 las dos hermandades celebraban sendos Cabildos Generales por separado. Pocos meses más tarde, el 22 de agosto del mismo año se constituía en Santo Domingo de forma oficial la Real y Pontificia Congregación de Culto y Procesión del Stmo. Cristo de la Buena Muerte y Ntra. Sra. de la Soledad, aprobándose los primeros estatutos de la misma que redactó su primer Secretario General José María Revello Cázar y siendo elegido por aclamación primer Hermano Mayor Ricardo Gross Orueta.

Loa años que siguieron a esta trascendental decisión se caracterizaron por un inusitado auge. Se va a dar continuidad todos los años a la procesión, se van a confeccionar nuevos tronos y se va a crear un valioso conjunto de enseres y túnicas. En 1916 se estrena el trono de Palma García para el Cristo; al año siguiente, el de Antonio Prini para la Virgen y túnicas de terciopelo bordadas. En 1920 Antonio Baena regalará el primer manto bordado en oro de Ntra. Sra.. Durante el breve periodo en que Félix Sáenz Calvo fue hermano mayor (1924-1925), logra que presida el desfile procesional de 1925 el entonces Presidente del Gobierno, Primo de Rivera, además de restaurar a su costa la Capilla, dotándola de valiosos enseres, confeccionándose un nuevo manto para la Virgen. Con Joaquín Mañas (1927-1930), se logra Vincular oficialmente a La Legión Española que hizo su primera guardia al Cristo en 1927 y desfiló por primera vez escoltando al ya proclamado como su “Protector” en 1930, además de recibir la visita de S.M. la reina Victoria Eugenia.

Tras la proclamación de la República, el 11 y 12 de mayo ardían casi todos los templos de la Ciudad. La Congregación solo logró salvar la imagen de la Soledad. González Anaya dejaba estos episodios novelados para la posterioridad en ”Las Vestiduras Recamadas”.

Los años de la II República y los de nuestra Guerra Civil supusieron un grave revés. La pérdida del Cristo de Mena, de la capilla y de los enseres procesionales obligarán a un forzoso exilio en la Catedral, montándose, a partir de 1932 los tradicionales cultos internos en su honor.

Durante la Guerra Civil, los congregantes de Mena son perseguidos y asesinados.

Un relevo generacional se produce entonces al frente de los destinos de la Congregación cubriendo esta difícil etapa el entonces joven Álvaro Príes Gross (1934-1939).

Tras la entrada de las tropas de Franco en Málaga el Obispado aprueba una nueva Junta de Gobierno bajo la presidencia de Álvaro Príes. Después de la primera salida procesional del nuevo Cristo (Semana Santa de 1942) el proceso de reconstrucción se culmina con el fructífero mandato de Miguel Serrano de las Heras (1944-1949) con los valiosos y singulares tronos realizados y diseñados entre 1943 y 1945 por el propio Palma y por el congregante E. Ruiz del Portal, un rico conjunto de insignias debidas a los Talleres Seco Velasco de Sevilla y los bordados del mando de la Virgen, palio, dalmáticas y túnicas, obra de Leopoldo Padilla.

El decenio de 1950 y los primero años sesenta representa para la Congregación una etapa de madurez con la total restauración de la Capilla y el Camarín, obra personal de Álvaro Príes.

La vinculación entre la Congregación y La Legión, reiniciada en la etapa anterior, se estrecha ahora más. A partir de 1960 se instaura la costumbre de que cada Tercio de La Legión tenga en sus acuartelamientos una imagen del Stmo. Cristo.

Los años sesenta son un periodo de atonía en los que se despueblan las filas de penitentes, el déficit económico y los problemas que generan los hombres de trono se tornan pesada carga para muchas hermandades.

Desde principios de los setenta se revitaliza la Congregación con José González Ramos (1973-1976) que pone en marcha una serie de atrevidas iniciativas, que culminan con la restauración del trono del Stmo. Cristo, el establecimiento de un “tinglado” permanente y la realización de un nuevo “paso” para Ntra. Sra. de la Soledad, obra de Juan de Ávalos que rompía totalmente con la estética barroca.

Tras la muerte de Franco, dos Hermanos Mayores, van a regir sus destinos: Francisco Fernández Verni y Vicente Pineda Acedo. Con el primero se dio un impulso a la proyección externa de nuestra Congregación. En su haber es preciso destacar, logros como la completa restauración del antiguo trono y manto de Ntra. Sra. de la Soledad (1979), y el reencuentro y acercamiento entre la Congregación y la Casa Real, logrando en marzo de 1978, que Mena fuese recibida por el nuevo monarca. Atendería visitas de altísimas personalidades como el entonces Presidente del Gobierno Calvo Sotelo (1982), llevaría al Stmo. Cristo a presidir el pregón de Semana Santa de 1984; desarrollaría importantes iniciativas culturales como el encargo del óleo que al Cristo dedicó F. Revello (1984). También se produce durante su etapa masiva incorporación de la juventud.

Por su parte, Vicente Pineda dotó a la Congregación de una mayor convivencia y formación espiritual, restaurándose la Eucaristía dominical, los ciclos de charlas “para formación permanente del cofrade”, ejercicios espirituales cuaresmales y reflexiones mensuales en el Convento de las H. de la Cruz. También se adquirió en 1988, el antiguo edificio Italcable y se reconstruyen las dependencias anejas a la capilla, además de habilitarse columbarios bajo la misma. Asimismo se recuperó la Celebración de la Soledad de María en el Sábado Santo (1988), quedó custodiada en nuestra capilla la antigua bandera del T.A. Galicia (1990), se celebraron el LXXV aniversario de la creación de la actual Congregación, el L de la bendición del Cristo y se estrenó un nuevo halo para la Virgen.

Los años finales del siglo XX y el inicio del XXI han venido marcados por los mandatos como hermanos mayores de Alvaro Mendiola (1993-2002) y Cayetano Utrera (2004-2008). Tras vencer grandes dificultades económicas iniciales, estos años ha venido marcados por grandes logros materiales e institucionales tales como la imposición de la medalla de oro a S.M. el Rey, la visita del Príncipe de Asturias, el traslado al puerto del Cristo para recibir a la Agrupación Canarias, la rehabilitación de Italcable, la restauración del trono del Stmo. Cristo por Ruiz Liébana y la recreación del de la Virgen según proyecto de J. Castellanos por A. Ibáñez y su equipo; el reconocimiento por el arzobispo castrense de España de nuestra unión especial con las Fuerzas Armadas así como la celebración del 250 aniversario de la vinculación de la Soledad con la Armada.

Asimismo, la nueva junta presidida por Antonio Jesús González ha culminado grandes proyectos como el nuevo manto de procesión, la rehabilitación de la capilla y el camarín, y ha acometido obras asistenciales y benéficas de envergadura, como la incorporación de la hermandad en la Fundación Corinto, además de la celebración de los actos del Centenario fundacional de la Congregación en 2015 y la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Soledad en la Catedral de Málaga un año después.

Finalmente, la nueva y reciente junta presidida por Antonio de la Morena ha creado la banda de música Nuestra Señora de la Soledad con la incorporación de cerca de un centenar de jóvenes músicos que forman parte de la Congregación.

Elías de Mateo Avilés

Cronista de Mena