Fallece el arzobispo emérito castrense de España José Manuel Estepa Llaurens

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El cardenal ofició el triduo del Cristo de la Buena Muerte, vinculó oficialmente a Mena con la diócesis militar y nombró al Crucificado protector de la Legión

El arzobispo castrense monseñor Estepa, acompañado de fray Agustín Turrado, director espiritual, y del párroco de Santo Domingo, fray Florencio Turrado, en el triduo del Cristo de 1998.

En la madrugada del domingo falleció en Madrid el arzobispo emérito castrense cardenal José Manuel Estepa Llaurens. La capilla ardiente estará abierta desde las 9.30 horas de hoy lunes en la Catedral de las Fuerzas Armadas (C/ Sacramento, 11, de Madrid). El funeral y entierro por su eterno descanso será mañana martes, a las 11.00 horas, en la misma Catedral castrense.

El cardenal Estepa Llaurens fue una figura clave para vincular oficialmente a la Congregación de Mena con la diócesis castrense. Las primeras conversaciones se llevaron a cabo tras oficiar el triduo en honor al Cristo de la Buena Muerte y Ánimas en la capilla en el año 1998 tras aceptar la invitación de la congregación, siendo hermano mayor Álvaro Mendiola.

Dado el interés de monseñor Estepa y la peculiaridad de la congregación y su vinculación con las Fuerzas Armadas, debía existir la posibilidad de que los congregantes participaran en las labores apostólicas de la diócesis castrense.

Así, tras varias reuniones y el estudio previo de un decreto, monseñor Estepa aprobó el documento que reflejaba que la congregación quedaba vinculada oficialmente a la diócesis castrense en junio de 1999.

Decreto

«Nos, Doctor Don José Manuel Estepa Llaurens, Arzobispo Castrense de España.

A tenor de lo dispuesto en el cánon 305 del Código de Derecho Canónico y de la disposición transitoria segunda de los estatutos de las asociaciones religiosas de este arzobispado y en atención a la estrecha vinculación que desde siempre ha mantenido la Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas y Nuestra Señora de la Soledad con los tercios de la Legión y con la Armada, considerando la conveniencia de que su presencia y actividad en las diversas instituciones militares, puedan trascender los límites de la Diócesis de Málaga y en respuesta a la solicitud a Nos dirigida con esta finalidad.

DECRETAMOS aprobar el que dicha congregación pueda hacer extensiva su presencia y trabajo apostólico en todas las instituciones pertenecientes al Arzobispado Castrense, siempre que su actuación se ajuste a lo preceptuado en sus estatutos y a las demás normas canónicas.

En Madrid a los once días del mes de junio de mil novecientos noventa y nueve.

Firmado: José Manuel Estepa».

El Cristo de la Buena Muerte, protector oficial de la Legión

El arzobispo castrense José Manuel Estepa entrega al general de la Legión, Enrique Gomáriz, el nombramiento del Cristo de la Buena Muerte como protector de la Legión en el año 2000.

Asimismo, un año después, se declaró solemnemente por la Iglesia al Cristo de la Buena Muerte y Ánimas como protector oficial de la Legión.

Así reza el decreto que lo atestigua: «La Cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, de Málaga, se crea en torno a 1650, bajo la tutela de la Hermandad de Arcabuceros, y simultanea su radicación y dependencia canónica de la diócesis de Málaga, con una estrecha vinculación con los elementos castrenses de aquella plaza, a través de los tiempos. El estamento militar muestra desde entonces una honda devoción al Santísimo Cristo de la Buena Muerte, venerado en la Iglesia de Santo Domingo, de la Orden de Predicadores.

Más tarde, fundada por el Ejército del reino de España la Legión española, comienza ésta a desarrollar, desde sus primeros momentos, una entrañable devoción por el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, (denominado popularmente el Cristo de Mena) vinculándose la Legión desde sus inicios con la Congregación titular del mismo.

Por decisión de las altas autoridades militares de España, en 1928, el referido Santísimo Cristo de la Buena Muerte, de Málaga, fue reconocido como protector de la Legión; y esta vinculación posteriormente fue recogida y aceptada por los estatutos de la Congregación denominada del Cristo de Mena, aprobados por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Málaga extendiéndose paulatinamente por todas partes la referida devoción al Santísimo Cristo de la Buena Muerte hasta el punto de que su imagen acostumbra a presidir los actos y formaciones que se celebran en los diversos acuartelamientos de la Legión dispersos por España; y a ser portada la imagen del Cristo muy frecuentemente por los legionarios sobre el emblema de la Legión, a modo de crucifijo.

En consecuencia, dadas las sacrificadas misiones de paz y de ayuda humanitaria que en nuestros tiempos las Fuerzas Armadas de España encomiendan a las unidades de la Legión Española, con el acrecentamiento de los riesgos de muerte en que se ven envueltos los legionarios; y a fin de que éstos se vean alentados al amor a Jesucristo, nuestro Salvador, particularmente en su sacratísima humanidad, devoción en la que los legionarios encuentran fortaleza y compañía; y ante la reiterada petición que nos ha sido formulada en este sentido por los mandos institucionales de la Legión:

APROBAMOS en virtud de las facultades que nos reconoce el código de Derecho Canónico y las leyes de la Iglesia, esta entrañable vinculación de los católicos miembros de la Legión que profesan la fe católica tengan al Santísimo Cristo de la Buena Muerte, estableciendo que los miembros de la Legión que profesan la fe católica tengan al Santísimo Cristo, bajo la advocación de la Buena Muerte, como protector oficial, centrando así la expresión de la piedad y devoción de los legionarios en quien es el único salvador y gran intercesor ante nuestro Dios Padre. A tal efecto, DECLARAMOS lo anteriormente manifestado, sin perjuicio y de conformidad con lo que prescribe en las normas de la Santa Sede circa patronos constituendos, de 19 de marzo de 1973, particularmente en su articulo 4º.

Que Dios Creador y Padre, por la mediación de Jesucristo su Hijo, bajo la advocación de la Buena Muerte, bendiga y acompañe siempre a los miembros de La Legión Española.

Dado en Madrid, a doce de marzo, primer domingo de Cuaresma, del año dos mil».

Descanse en paz.