El reverendo César Magaña ofició el triduo en honor al Cristo de la Buena Muerte

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El capellán castrense de Navarra y juez del Tribunal Metropolitano del Arzobispado de Pamplona y del Obispado de Tudela celebró la eucaristía de los cultos en la capilla de la congregación durante el pasado fin de semana

[FOTOS: EDUARDO NIETO Y JESÚS CARRASCO]

El capellán castrense de Navarra y juez del Tribunal Metropolitano del Arzobispado de Pamplona y del Obispado de Tudela, el reverendo César Magaña Felipe, ofició el triduo en honor al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas en la capilla de la congregación, celebrado durante los días 19, 20 y 21 de noviembre. 

El ejercicio del triduo fue dirigido en sufragio de las almas de los congregantes fallecidos y de aquellas personas cuyas cenizas esperan la resurrección en la cripta (viernes), de las almas de quienes pertenecieron a la Armada española (sábado) y de las almas de quienes pertenecieron a la Legión española (domingo).

El sacerdote, a quien el hermano mayor, Antonio de la Morena, le entregó la medalla de la congregación y un busto del Cristo en agradecimiento por oficiar los cultos, basó sus intervenciones en la figura, la advocación y la veneración del sagrado titular, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas.

En el apartado musical la participación corrió a cargo de un cuarteto de trombones de la banda de música Nuestra Señora de la Soledad (viernes), Francisco Jesús Flores Matute al piano (sábado) y la banda de música Nuestra Señora de la Soledad, bajo la dirección de Juan Manuel Parra (domingo). 

Distinciones

Durante los tres días la congregación hizo entrega de las medallas de la cofradía a los hermanos que lo habían solicitado previamente, así como al cabo caballero legionario Javier Hidalgo Jiménez, del Tercio ‘Alejandro Farnesio’, IV de La Legión, al que también le fue entregado el premio Cristo de la Buena Muerte.

También recibieron la insignia corporativa el comandante del patrullero ‘Tagomago’ de la Armada, el teniente de navío Pablo Ramírez, y su esposa; el nuevo comisario provincial de Málaga, Enrique Barón, y su esposa; y el director de la residencia militar ‘Teniente General Castañón de Mena’, el coronel Juan Antonio Canalejo, y su señora. 

Asimismo, el congregante José Luis Cuberta recogió un cuadro del Cristo en nombre de la organización ‘Pozos Sin Fronteras’ y la hermandad recibió una pintura del Crucificado, obra del congregante fallecido Antonio Fernández Aragón, de manos de su sobrino David Varea. 

Corona de espinas

Por otro lado, el hermano mayor hizo entrega de la corona de espinas que lució el Cristo de la Buena Muerte y Ánimas durante la pasada Semana Santa al presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia, con motivo del Centenario fundacional de la entidad agrupacionista, según acordó la junta de gobierno de Mena por unanimidad el pasado 21 de octubre. Atencia estuvo acompañado por los ex presidentes de la institución Francisco Fernández Verni, Francisco Toledo, Clemente Solo de Zaldívar y Rafael Recio, así como del vicepresidente primero, José Carlos Garín; el hermano mayor de la Hermandad de la Salud, Miguel Ángel Vargas; y el presidente de la comisión del Centenario, Luis Merino. A la entrega se sumaron la congregante y archivera de la Agrupación, Trinidad García-Herrera, y los ex hermanos mayores de la congregación Álvaro Mendiola y Antonio Jesús González. 

Igualmente, el hermano mayor le ofreció a Nuestra Señora de la Soledad Coronada, para hacerlas extensivas a todos los congregantes, la Cruz al Mérito Policial, la Cruz al Mérito Militar y la Cruz Fidelitas que le han sido otorgadas, junto a su esposa, Elena Bueno, y sus hijas, Marta y Elena de la Morena. 

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